“El estudio laboratorial de las mamitis del rebaño permite elegir el antibiótico adecuado”
La importancia de las mamitis es indiscutible en las explotaciones de ovino. Un buen diagnóstico laboratorial permite acertar en el tratamiento y obtener los mejores resultados, según explica Cristina Baselga, técnica veterinaria de Exopol.
¿Qué relevancia tienen las mamitis en una explotación de ovino? ¿Es la patología más importante del ovino lechero?
La mamitis es una de las afecciones más importantes en el ovino junto a los procesos respiratorios, digestivos y reproductivos. En las ganaderías de ovino lechero cobra mayor importancia pues el principal producto es la leche, ya sea para venta directa o para la elaboración de productos lácteos, y ante un elevado número de animales con mamitis puede haber grandes pérdidas económicas derivadas de la bajada de producción de leche. En ovino de carne la incidencia de mamitis es menor, pues producen menos leche y la glándula mamaria tiene mayor periodo de descanso cuando la oveja está gestante. Sin embargo, en este ganado también se debe cuidar la salud de la ubre, ya que un problema de mamitis tiene como consecuencia la falta de alimento para el cordero, producto final de este tipo de ganadería.
¿Cuáles son las pérdidas productivas que puede ocasionar un brote de mamitis en una explotación? ¿Qué tipo de pérdidas son las más habituales?
Las pérdidas principales ocasionadas por las mamitis clínicas son la disminución de la producción láctea debido al descarte de la leche, el aumento de costes en veterinario y medicamentos, y la pérdida directa del animal afectado al eliminarlo por falta de recuperación o muerte. Las mamitis subclínicas también causan una bajada en la producción de leche, aunque la principal consecuencia es la disminución del rendimiento y calidad de la leche causada por la presencia elevada de células somáticas. El aumento de animales con mamitis en un rebaño acarrea una falta de eficiencia productiva, pues no se puede obtener el máximo rendimiento de los animales y también supone un aumento de la tasa de reposición, pues los animales afectados se deben eliminar cuanto antes para evitar más pérdidas y que sea un foco de contagio.
¿Qué consecuencias económicas puede acarrear en la cuenta de resultados de una granja?
¿A qué factores de riesgo deben estar atentos los ganaderos para evitar su presencia en una explotación?
El protocolo de manejo e higiene durante el ordeño es esencial para reducir la transmisión de patógenos causantes de mamitis y evitar la infección mamaria con agentes ambientales. Uno de los factores más importantes es la higiene antes, durante y después del ordeño, pues una higiene deficiente y la ausencia de predipping y postdipping aumentan el riesgo de aparición de mamitis por agentes ambientales, que en la actualidad son las más frecuentes. Otro factor importante es el orden de ordeño de los animales, ya que las ovejas con mamitis se deben ordeñar las últimas para evitar el contagio a través de las pezoneras o las manos de los trabajadores y también se debe establecer una pauta óptima de limpieza y desinfección de las instalaciones tras el ordeño. El correcto funcionamiento de la máquina de ordeño y su mantenimiento son factores muy importantes para el control de las mamitis, ya que un desajuste en el tiempo y la presión de succión pueden causar, entre otros, problemas de sobreordeño, dañando la ubre y predisponiendo a una infección bacteriana. Otro punto crítico es el momento del secado, pues realizar un protocolo de manera incorrecta aumenta el riesgo de aparición de mamitis en las siguientes lactaciones. El mantenimiento de ovejas con mamitis crónicas en la granja aumenta el riesgo de propagación de los agentes causales y la entrada de nuevos animales en la granja eleva la probabilidad de introducción de nuevas enfermedades.
¿Qué papel juega el diagnóstico laboratorial en un correcto tratamiento de un brote de mamitis?
Un buen diagnóstico laboratorial permite conocer los microorganismos más prevalentes que están causando los distintos tipos de mamitis en el rebaño y realizar un estudio de sensibilidad antibiótica ayuda a seleccionar el antibiótico más efectivo frente a esos patógenos. Para obtener un diagnóstico fiable la recogida de muestras de leche se debe realizar en el momento de la detección de la mamitis y antes del tratamiento terapéutico. El análisis de leche de ovejas que ya han superado una infección mamaria en anteriores lactaciones y vuelve a presentar mamitis puede no ser concluyente. Esto es debido a que el tejido mamario presenta lesiones crónicas en la ubre y puede haber una cantidad reducida de bacterias que causaron la mamitis y no se lleguen a aislar en el cultivo de la muestra tomada. Los análisis periódicos permiten valorar los patógenos presentes en la granja y los que van apareciendo nuevos y evaluar la evolución de sus sensibilidades antibióticas a lo largo del tiempo. Este seguimiento de la etiología de la mamitis nos ayuda a modificar las medidas de control más precozmente cuando se observa un cambio de tendencia. Por ejemplo, si vemos que el agente más prevalente está manifestando cada vez mayor resistencia al antibiótico utilizado, se podrá cambiar de antibiótico antes de observar la falta de eficacia en condiciones de campo.
¿Cuáles son los principales patógenos implicados? ¿Ha habido novedades sobre su relevancia y distribución en los últimos años?
Las bacterias pertenecientes al género Staphylococcus son las más prevalentes, observando mamitis clínicas causadas por Staphylococcus aureus y mamitis subclínicas, principalmente ocasionadas por Staphylococcus coagulasa negativo (SCN). El sector ovino lechero cada vez se encuentra más profesionalizado y los programas de control sanitario de las mamitis son bastante eficaces. Por ello, desde hace unos años las mamitis clínicas se van reduciendo y suponen un porcentaje bajo del total de casos, siendo las mamitis ambientales las más prevalentes, causadas por SCN mayormente, y por bacterias de la familia Enterobacteriaceae (como E. coli o Pseudomonas sp.) y del género Streptococcus.
¿Cuáles son las medidas de control y prevención que pueden ponerse en marcha en las explotaciones? ¿Qué papel juega la bioseguridad?
En el control y la prevención de las mamitis, las medidas de bioseguridad son las más importantes, tanto la bioseguridad interna, donde encontramos los protocolos de manejo e higiene durante el ordeño para evitar la transmisión de los patógenos mamarios, como la bioseguridad externa, que consiste en evitar la introducción de nuevos patógenos en la ganadería. En el plan de prevención de las mamitis también es indispensable incluir un control y mantenimiento diario de la máquina de ordeño, así como la limpieza y desinfección de todo el sistema de ordeño. Por último, es primordial para el control de las mamitis tener registro del número animales con mamitis clínica o subclínica, porcentaje de recuperación tras el tratamiento antibiótico, animales eliminados por problemas de mamitis crónicas, etc. Además, se deben recoger muestras de animales afectados y analizarlas con cierta periodicidad para poder conocer los agentes implicados y relacionar el diagnóstico laboratorial con los datos registrados en la granja. El estudio laboratorial permite elegir el antibiótico adecuado y, además, establecer las medidas preventivas como la incorporación al plan sanitario de una vacuna de mamitis o, en el caso de no haber una vacuna frente a los patógenos más prevalentes, elaborar una autovacuna específica.