ACTAS FORO OVINO 2024 – Seminario Avoccyl: Retos y oportunidades actuales del servicio veterinario

La profesión veterinaria de ovino y caprino tiene una serie de retos, tanto en el presente como en el futuro, que deben articularse en función de una normativa que ha ido cambiando durante los últimos años.

El año 2023 supuso un antes y un después en la profesión veterinaria. A raíz de los reglamentos europeos y las normativas españolas, se cambió de forma radical la prescripción, dispensación y uso de medicamentos veterinarios, además de las nuevas normas en el uso sostenible de antibióticos ya que los ganaderos ya reciben la comparativa de su consumo de antibióticos comparado con el resto de las granjas. Con la barrera puesta a partir del 5% de mayor consumo, podemos afirmar que casi la mitad de las granjas tendrá que dar explicaciones todos los años. A todo ello se ha unido la normativa de bienestar animal, que en ovino no estará en vigor hasta 2027.

Pero el aspecto que ha creado una mayor conflictividad es el conocido como ‘Real Decreto de veterinario de explotación’, que en realidad lo que regulaba era el plan sanitario integral (PSI) y donde se recogía que la figura de veterinario de explotación debía ser obligatoria para todas las granjas. Ante presiones de sindicatos y algunos sectores, se decidió por parte del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) que la figura del veterinario de explotación tendrá carácter voluntario y que el plan sanitario integral se simplificará. Esto llevará a tener que revisar todo lo que está legislado ya que actualmente se recoge la obligación de su actuación tanto en el PSI como en las visitas obligatorias, los informes de consumo de antibióticos, las prescripciones crónicas, el plan de bienestar animal, la firma de documentos oficiales, etc.

Lo que si me gustaría dejar claro es que sin duda el veterinario de explotación es una figura concebida para ayudar a las ganaderías y que el presente y futuro pasa por el trabajo en conjunto del sector. Existen una serie de problemas en las explotaciones ovinas que incumben tanto a ganaderos como veterinarios, y que tienen que redundar en una mayor rentabilidad; específicamente a nivel veterinario, las obligaciones son cada vez más complejas y por tanto las remuneraciones tendrán que ser cada vez mayores y con mayor seguridad laboral.

No está de más recordar que a nivel ganadero en los últimos quince años, se han perdido más de un 50% de granjas de cebo y más de un 40% de granjas de ovino de leche o mixtas y que a nivel veterinario pese a existir una sobreoferta de titulados, existe escasez en la práctica del medio rural, así pese a que en España hay 36.989 colegiados, únicamente 5.236 veterinarios han realizado alguna prescripción en los últimos 4 años, es decir, únicamente el 14,1% y este porcentaje se va reduciendo ya que las obligaciones que se asumen cuando se realiza una prescripción son complejas y cualquier error puede conllevar sanciones de importancia.

Y gran parte de la escasez de servicios veterinarios se dan en determinadas zonas rurales y hay que señalar que los servicios veterinarios en las zonas rurales no son un lujo, sino un bien público esencial para proteger la salud y el bienestar animal, garantizar la seguridad alimentaria, controlar las enfermedades zoonóticas y por lo tanto no tener el comercio limitado. Para garantizar que permanezcan suficientes veterinarios en áreas rurales, su trabajo deberá ser más rentable y atractivo. La Asociación de Veterinarios de Ovino y Caprino de Castilla y León (AVOCCYL) trabaja para ayudar a conseguir estos objetivos y en general para mejorar el desarrollo del sector ovino de España.