La explotación está situada en la provincia de Huelva, concretamente en la comarca del Andévalo, entre la zona de la costa de la provincia y de la sierra. Se trata de una zona de tradición minera que no ha sido favorecida históricamente. José Manuel Mateu compró la finca porque, a pesar de ser bastante agreste, vio que era una zona que tenía posibilidades, ya que tiene una pluviometría importante y muchas horas de sol. Además, se podía cultivar y tener una cosecha de invierno y otra cosecha de verano.

Se comenzó con ganadería ovina, en concreto con la raza Manchega, pero después de un viaje a Francia, se interesó por la raza Lacaune, ya que observó que podía tener muchas posibilidades en producción de leche. Se fue cruzando el rebaño a través de la entrada de machos de raza Lacaune para cruzar las ovejas de raza Manchega. Al final, con el paso del tiempo, solemos decir que hemos creado una raza propia, que es la ‘Lacaune Andevaleña’, ya que después de tantos años las ovejas se han adaptado al medio en el que nos encontramos, en aspectos como la temperatura y la alimentación. Respecto a la sanidad, beneficia estar en un entorno aislado de otras ganaderías.

Dehesa Dos Hermanas es una explotación agroganadera. Una de las razones de estar situados en la provincia de Huelva es por las posibilidades de cultivar forraje a unos precios competitivos. La ganadería es una especie de industria de transformación, en el que intentamos que el coste de adquirir la materia prima sea lo más económico posible. Por lo tanto, se transformaron tierras que en principio no eran aptas para el cultivo a lo largo de los años para llegar a tener unas buenas producciones.

La finca tiene un total de 1.500 hectáreas y el núcleo ganadero está disperso. Una de las razones es que al principio se planteó con un modelo semiextensivo, por lo que las áreas de cultivo eran anteriormente zonas de pastoreo. Eso ha provocado que en la finca haya tres apriscos o núcleos de producción ganadera diferentes. Además, había un centro desde el que se suministraba toda la alimentación que, con el aumento del volumen de ganado, ha pasado a un proceso de departamentalización. Del total de la finca, unas 700 hectáreas están destinadas a la agricultura, de las que menos de la mitad son de riego. Se trata de una explotación en la que está integrada la ganadería, con zonas de pastoreo, y muy lejos del concepto que se tiene de ‘macrogranja’. También hay una zona de recría y una zona de maternidad.

Dehesa Dos Hermanas tiene en la actualidad unas 15.000 ovejas adultas en ordeño, distribuidas en tres centros de producción. Hay unas once cintas de alimentación y una sala de ordeño en cada producción, con una media de 15 empelados por cada centro. También se dispone de una nave de maternidad, en las que hay aproximadamente 4.500 corderas de recría, de las cuales prácticamente todas van destinadas para reponer nuestro propio censo. Por último, tenemos unos 4.000 corderos en el centro de lactancia y el cebadero.

La producción anual de leche de oveja en este año 2023 será de unos 7,2 millones de litros, de los que prácticamente el 95% va destinado a la industria láctea, en concreto, a Entrepinares. La producción de carne ronda los 18.000 corderos anuales, con salidas prácticamente semanales desde nuestro cebadero. Los animales salen siempre con un peso entre 19 y 20 kilogramos. Anteriormente, también teníamos mercado de corderos lechales, pero ahora optamos por cebar a los animales.

En los centros de producción de leche, disponemos de tanques de ordeño con una capacidad de almacenaje para tres días, aunque la producción diaria de unos 22.000 litros de leche permite a la industria que nos recoge llevarse una cisterna prácticamente diaria a sus centros de transformación, tanto de Valladolid como de Lugo. Ese hecho facilita mucho la logística al cliente.

En cada centro de producción hay una gran sala de espera para agilizar la velocidad en el ordeño. Las tres máquinas de ordeño son de línea baja 2x36, con 72 puntos de ordeño en total cada sala. Dos de esas salas de ordeño tienen foso. En total, se realizan dos ordeños al día, por lo que son unos 20.000 ordeños diarios.

Por otra parte, está el centro de maternidad, que es el centro neurálgico de la finca y el lugar en el que está gran parte del equipo técnico. Así, en los centros de producción están únicamente las ovejas en ordeño. Cuando las ovejas son positivas por ecógrafo, se secan y van al centro de maternidad. Es una nave con 13 cintas de alimentación en las que se distribuyen las ovejas según su etapa en el ciclo de distribución y separadas en función de cada uno de los centros de producción. Tienen un tratamiento de parto específico y se asiste a los animales en el parto. Además, hay una zona de encalostrado en una parte anexa al edificio, con cinco zonas de encalostrado que es donde los corderos están las primeras 24 horas de vida para las primeras tomas de calostro. Después pasan al centro de lactancia, con 24 salas estancas, son suelo slat. Se puede controlar la luz, la humedad y la temperatura de las salas. Se utilizan la mitad de las salas, mientras que el resto están en vacío sanitario. De ahí pasan a un cebadero con capacidad para 2.500 corderos, donde se realiza el proceso de destete. Las ovejas que han parido y vuelven a entrar en producción vuelven al mismo centro de producción en el que estaban. Respecto a las corderas que pasan de la zona de recría se van asignando a cada uno de los centros de producción en función del desvieja que vayan realizando.

El hecho de departamentalizar la ganadería nos ha permitido especializar a los trabajadores en cada una de las materias, con un equipo técnico que se dedica a coordinar. Todo se realiza mediante unos protocolos muy específicos y gracias a la abundante información de la que disponemos, ya que las salas de ordeño tienen medición electrónica individual, lo que permite realizar una optimización diaria de los lotes. Se requiere una programación a través de la interpretación de los datos.

Tenemos un sistema de cubriciones continua, para intentar tener una producción anual de leche lo más homogénea posible, para atender las demandas de la industria. Es cierto que se tiene una producción más alta en los meses de primavera.

La producción agrícola es muy importante para el proyecto, sobre todo por el abastecimiento de materias primas. Se tienen 700 hectáreas de tierras cultivable, de las que 310 hectáreas son de regadío. Además, hay dos pantanos, que recogen agua de unas mil hectáreas de cuenca. La producción agrícola se dedica al forraje, que es lo que se puede almacenar a través de silos o henos de paja. Se tienen dos cultivos básicos, aunque puede cambiar en función del año. Se obtienen unas 10.000 toneladas se forrajes de raigrás y avena, además de 10.000 toneladas de maíz para silo de maíz. En este año, debido a la sequía, nos hemos apoyado en adquirir en zonas de Portugal. También se cultivan algunas leguminosas en verano. Se cuenta con una capacidad de almacenaje de unas 40.000 hectáreas. También debemos abastecernos de productos de la zona, como la pulpa de naranja prensada, que tiene un 30% de materia seca.

Hemos pasado de ser una granja a una industria transformadora. Por lo tanto, todos los procesos se tienen que medir de una manera industrial.

Además, nos basamos en cuatro pilares básicos:

• Bienestar animal. Cuanto mejor esté una oveja, mayores serán sus producciones. Se intenta maximizar el confort de los animales, con un control ambiental óptimo. También se monitorizan los animales para conocer su estado alimentario y su nivel sanitario. Gracias a estas acciones, contamos con el certificado Aenor de bienestar animal.
• Bienestar del capital humano. Intentamos dignificar la profesión de ganadero. El trabajador tiene que ser un socio más de la explotación, por lo que intentamos atraer al trabajador y que perdure en la explotación. Salvo tres personas, todos los trabajadores son de pueblos de la comarca. Dotamos a los trabajadores de espacios confortables y de incentivos salariales para que participen de los beneficios de la empresa y se sientan integrados. Apostamos por la flexibilidad laboral y la jornada continua, lo que ha favorecido la incorporación de la mujer en la parte del ordeño y del encalostrado. También incidimos en la formación continua del trabajador con el apoyo de asesores externos. Es fundamental hacer equipo e integrar a las personas jóvenes en els proyecto y en el sector.
• Bienestar medioambiental. Si no cuidamos nuestro medioambiente, terminaremos despareciendo. Por esa razón, intentamos optimizar los recursos naturales de la finca, como el agua a través de acuíferos para el riego, el sol con la producción de energía con plantas fotovoltaicas que nos proporcionan hasta un megavatio para cubrir casi un 70% del consumo eléctrico, la tierra con el enriquecimiento a través del compost producido en nuestra explotación. Tenemos políticas de reciclaje y gestión de residuos, además de dos muladares al estar en una zona protegida de buitres, con los que ayudamos a conservar el ciclo de la naturaleza. En la actualidad, estamos adquiriendo coches eléctricos para los movimientos en la finca.
• Sostenibilidad económica. Como cualquier otra actividad empresarial, la ganadería debe ser rentable a medio plazo. Además, tenemos claro que lo que no se mide, no se controla, por lo que tenemos cuentas de explotación de cada una de los departamentos con una monitorización exhaustiva, análisis de producciones, consumos y almacenajes, y una trazabilidad de las materias primas. Este sector requiere una gran inversión para una escasa rentabilidad, por lo que es fundamental el acierto de las inversiones. Estamos en un proceso de tecnificación continua para que este proyecto continúe en el tiempo para las siguientes generaciones.

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