Caso práctico de secado selectivo en una explotación de ovino de leche
Fernando Tejerina Gutiérrez
Gerente de Ovino TG
10/11/2023La terapia selectiva de secado consiste en buscar un equilibrio más racional entre el uso de antibióticos y su necesidad real, en una decisión que se toma entre el ganadero y el veterinario, pero no debemos olvidar que al final lo va a poner en práctica el ganadero, que depende de una mano de obra más o menos tecnificada.
La situación de partida en el año 2019 en nuestra explotación era de una media del recuento de células somáticas de 800.000. Comenzamos a ver manifestaciones crónicas de mamitis, aunque los recuentos celulares no eran altos. Lo asociamos a que en el año 2016 pedimos un plan de mejora, que lleva acarreada la obligación de mantener un número de animales durante un determinado tiempo por lo que no podíamos desechar todo lo que queríamos, ya que nuestra política siempre ha sido mejorar a través de la inseminación y nunca con la introducción de animales nuevos, porque es más fácil controlar sanitariamente una granja sin introducción de animales. Por lo tanto, en 2019 implantamos un plan higiénico-sanitario.
Este plan abarca tres líneas:
- Ordeño. Revisión de las rutinas de ordeño, cambio en los sistemas de sellado y revisión de la máquina de ordeño.
- Granja. Control de camas y revisión del bienestar de los animales, control de la alimentación y cambios en los protocolos de desinfección.
- Sanitario. Control de las mamitis clínicas y subclínicas, análisis de leche en busca de los patógenos predominantes, separación de animales enfermos, desvieje de animales crónicos, revisión de los protocolos de secado e introducir nuevos productos para el control natural de los patógenos.
Evolución
Lo cierto es que llevamos trabajando varios años en este programa y no hemos conseguido variar los recuentos de células somáticas de forma clara. En el año 2022, tenemos una media de 880.000 células somáticas con 590 litros por oveja presente mayor de un año. De todos modos, el número de animales sanos en la granja ha aumentado.
Por lo que respecta al consumo de antibióticos, ha aumentado durante este periodo, aunque si se pondera por el número de animales, no mantiene una línea demasiado ascendente. La razón es que la solución inicial al problema de mamitis era un tratamiento metafiláctico a todos los animales para intentar curar el mayor número de mamitis subclínicas que había en la granja. A pesar de ellos, nuestra situación es de 3,07 miligramos, mientras que el índice de referencia es 10,32. Por lo tanto, cuando un tratamiento metafiláctico está realmente indicado, no supone superar el índice marcado.
A pesar de ello, tomamos la decisión de que no podíamos seguir haciendo un tratamiento en sábana. En 2021 comenzamos a realizar antibiogramas con los animales que presentaban alteraciones morfológicas visuales, por lo que salía positivo a Staphylococcus aureus en tanque. En noviembre de ese año comienzan a aparecer algunas negativas, porque nos basamos en los recuentos celulares del control lechero oficial y, en el caso de mi granja, el momento del control provoca un estrés. En resultados posteriores sigue saliendo negativos y Staphylococcus coagulada negativo (SCN). Con el protocolo que hemos establecido, se ha ido controlando más o menos el resto de patógenos, pero SCN sigue estando, por lo que debemos centrar nuestros esfuerzos.
Medidas del programa
Nuestro objetivo principal es reducir las primoinfecciones y el objetivo secundario es intentar curar a los animales que se hayan contagiado.
En el año 2020, lo primero que empezamos a hacer fue separar los animales crónicos, ya que no podemos desviejar todos los animales que hubiéramos querido. Debido a que ese lote de animales con lesiones crónicas no dejaba de crecer, comenzamos a utilizar la técnica del test de California en el año 2021. Después del control lechero, hacemos la prueba a todos los animales que hayan dado un recuento por encima del millón de células somáticas. Si dan positivo, pasan al lote de crónicos. Si da negativo, se dejan en el lote y se hace otro control. En 2022 se utilizan dos controles lecheros, por lo que comenzamos a hacer una base de datos, para ver si había un cierto número de animales que repetían el contagio celular. Por lo tanto, se comenzaron a separar automáticamente los animales por encima del millón de células en el control lechero.
Cuando tenemos animales con cuatro recuentos celulares por encima del millón por control lechero individualizado, pero que tienen grandes producciones y valores genéticos y no tienen lesiones en la ubre, se cubren. Si tienen una cría de alto valor genético, la criamos. Aquellos animales que repiten células nunca son utilizados para elegir semental para corderas.
En 2023 hemos incorporado una medida nueva. Tenemos una sala aparte donde ordeñamos los calostros de las ovejas recién paridas. Se mide la calidad del calostro y si el animal da positivo con el test de California, en aquellos animales que han repetido más de dos controles o tienen una lesión visual. Si dan positivo, ya van directamente al lote de animales crónicos.
Hemos trabajado en otros aspectos, como es la revisión de la máquina de ordeño. De forma general, la revisión y el cambio de pezoneras se debe hacer una vez al año, pero decidimos realizar dos cambios al año por nuestra carga de ordeño. Comenzamos a observar que subían los días en leche de las ovejas. En la actualidad, realizamos tres cambios de pezoneras al año y estamos haciendo una revisión general anual y otras dos complementarias en el momento del cambio de las pezoneras.
En el año 2020, suprimimos el tratamiento de secado y comenzamos a trabar con Cefa-Safe, observando tasas de recuperación que han ido cambiando del 15% al 50%. Las primoinfecciones, que son las ovejas que llegan sanas y son positivas en el primer control lechero, son del 5% en ovejas por el test de California y del 10% en corderas.
Al no conseguir nuestros objetivos, empezamos a plantearnos la vacunación. Hicimos dos lotes de prueba, uno con 650 animales y otro con 900 animales, que es una muestra bastante representativa. Sin datos todavía firmes, tengo una sensación bastante buena y creo que ha funcionado.
También hemos comenzado a realizar una prueba con un producto natural sin antibióticos y que se utiliza en el momento del secado. Lo utilizo para intentar curar aquellos animales que dan positivos. Se apartan, se hace el tratamiento y hemos conseguido una tasa de curación del 50%, aunque debemos esperar a posteriores controles para confirmarlo.
Otra medida que vamos a implementar es realizar el test de California en el momento del secado, para ayudar en la decisión de qué animales secar. Y a partir de los animales que den positivo o negativo, realizar una serie de tratamiento u otros.
Conclusiones
En ocasiones se establecen los mismos modelos que en vacuno, pero el ovino de leche está condicionado por el censo de animales que tiene una explotación y por el número de muestras que se necesitan. También hay notables diferencias en el modo de ordeño y en los tratamientos.
Las mamitis son un proceso multifactorial. El tratamiento selectivo conlleva un elevado coste productivo, del tratamiento y del diseño del protocolo. Además, a la industria no le interesa, porque es utilizado comercialmente para las penalizaciones en el precio. En mi caso, no quieren recoger por separado dos tanques con medias de células muy diferentes. Por último, el control depende fundamentalmente de la mano de obra, que no está tecnificada.
Los ganaderos tienen muchos aspectos que afrontar, como son las materias primas, la mano de obra, la sequía, la falta de relevo generacional, la falta de entendimiento con la industria… Si se añade más requisitos de la normativa, será una situación insostenible.
De todos modos, tendremos que adaptarnos a las nuevas situaciones y aprender a trabajar con el secado selectivo para que crezca nuestra cuenta de resultados, que es nuestro objetivo principal.