“La sostenibilidad debe abarcar los pilares económico, ambiental y social”
Entrevista a José María Bello Dronda, jefe de producto de ovino y caprino en Nanta
Nanta presenta su sistema de evaluación ‘Granja Circular’, en el que une el aspecto del bienestar animal a los tres grandes pilares de la sostenibilidad en las explotaciones ganaderas, fundamentales para el desarrollo futuro de las granjas.
José María Bello Dronda.
La sostenibilidad es un aspecto clave para el futuro del sector. ¿Cómo puede definirse la sostenibilidad?
Desde el punto de vista de una granja, pensamos que la sostenibilidad puede definirse, de una forma sencilla, como la aptitud de esa granja para poder asegurar su futuro sin comprometer su presente. Un sector será sostenible si las empresas e instituciones que lo configuran, juegan un papel activo en la tarea de ser sostenibles. De este modo, la sostenibilidad tiene que basarse en los tres pilares que la definen: el pilar económico que estará relacionado con la rentabilidad y la propia viabilidad económica, poniendo el acento en la eficiencia productiva, el pilar ambiental, relacionado con la minimización de los impactos que la actividad de esas empresas generan en el medio ambiente, así como el pilar social, relacionado con la posibilidad de desarrollo humano y profesional de las personas que trabajan en dichas empresas. Asimismo, habría que añadir un cuarto pilar, que es el bienestar animal. La creciente exigencia social en materia de bienestar nos hace darle a este aspecto de la producción una relevancia similar a los otros pilares, teniendo en cuenta la interrelación que tiene con todos ellos.
¿Qué aspectos concretos hay que trabajar para poder mejorar la sostenibilidad económica?
Desde el punto de vista de un ganadero o un asesor veterinario, todos los aspectos que influyen en la viabilidad económica son susceptibles de ser trabajados. Dada la escasa influencia que el ganadero tiene en el establecimiento de los precios de la leche y de la carne, así como de los insumos necesarios para la producción, centrarse en los aspectos de eficiencia zootécnica es una buena forma de mejorar este pilar de la sostenibilidad. La mejora genética y sanitaria, la alimentación adecuada y eficiente y todos los aspectos relacionados (bioseguridad, formación…) son ‘caballos de batalla’ para conseguir este objetivo.
¿En qué aspectos deberíamos centrarnos para mejorar la sostenibilidad ambiental?
Deberíamos centrarnos en la reducción de emisiones de nitrógeno, fósforo y metano y, para ello, es fundamental la alimentación. Pero hay otros aspectos muy importantes como el tratamiento del estiércol, la gestión de los residuos, la economía circular y el ahorro energético y de agua. Todos estos aspectos han de ser contemplado en un programa de mejora de la sostenibilidad ambiental
¿Deben atenderse en un mismo plano los aspectos productivos, económicos, ambientales…?
Como asesores que formamos parte de una empresa de alimentación y que asesoramos al ganadero también en aspectos relacionados con la gestión y la rentabilidad, pensamos que las vertientes económica y productiva son fundamentales. No obstante, los cuatro pilares de la sostenibilidad a los que hemos aludido están totalmente interrelacionados. Por ejemplo, si incrementamos la eficiencia productiva (y para ello la alimentación, genética y sanidad son muy importantes), estaremos mejorando sin duda los aspectos ambientales porque conseguiremos menos impacto ambiental por unidad de alimento producido. Asimismo, invirtiendo en aspectos relacionados con la alimentación, como la automatización, impactaremos positivamente la sostenibilidad social de la empresa, mejorando la carga de trabajo y seguramente la motivación de los trabajadores. Este es el enfoque que le hemos dado en Nanta a nuestro modelo de sostenibilidad en granja llamado ‘Granja Circular’.
¿Qué es ‘Granja Circular’? ¿Cuál es el objetivo principal del modelo?
‘Granja Circular’ es un sistema de evaluación de la sostenibilidad de una granja abarcando los cuatro pilares a los que nos hemos referido anteriormente: económico, ambiental, social y bienestar animal. Trabajamos en tres niveles: cálculo de emisiones (nitrógeno, fósforo, metano y huella directa de carbono), calificación de granja sostenible (se evalúan de forma ponderada determinados inputs recabados en la granja relativos a los cuatro pilares) e implementación de lo que llamamos ‘buenas prácticas disponibles’ (BPD). Cada granja elige trabajar en uno, dos o tres niveles, sometiéndose a las auditorías correspondientes. Al final, la granja se califica en A, B o C dependiendo del grado de cumplimiento de los requerimientos establecidos por el modelo. La certificación de las granjas (verificada por Aenor) permitiría a las empresas ganaderas el poder poner en valor sus producciones obtenidas mediante buenas prácticas sostenibles, permitiéndole, en su caso, obtener ventajas competitivas de cara a la distribución y al consumidor final. Este compromiso con las empresas ganaderas es el principal objetivo que queremos alcanzar con el modelo.
¿Cómo valora ‘Granja Circular’ la sostenibilidad social?
El aspecto social es uno de los pilares fundamentales de la sostenibilidad, que frecuentemente está relegada a un segundo plano, eclipsado por los pilares económicos y ambientales casi siempre. Trata del grado de satisfacción, desarrollo y plenitud profesional de los ganaderos y trabajadores de las granjas, sin olvidar el papel fundamental de la mujer, en el mundo rural en general y en el ganadero en particular. En ‘Granja Circular’ el aspecto social tiene una importancia pareja al resto de pilares. Se cuantifican indicadores relacionados con la carga de trabajo, la antigüedad en la empresa y la rotación laboral de la misma, el descanso y asueto, la formación y la motivación de los trabajadores.
¿Están los ganaderos y asesores alineados con la importancia creciente de la sostenibilidad en el sector?
Nuestra experiencia en los tres años de andadura que llevamos con el proyecto es positiva a este respecto. Los ganaderos ‘piloto’ (25 ganaderos, cinco de cada especie: vacuno lechero, vacuno de carne, ovino lechero, caprino lechero y ovino de carne), han respondido satisfactoriamente a la iniciativa, y con un interés creciente. En cuanto a la labor de asesoramiento en sostenibilidad, hemos designado y formado a especialistas en las distintas regiones, abarcando todo el ámbito ibérico, con el objetivo de cambiar el paradigma del asesoramiento exclusivamente zootécnico, a un enfoque más holístico y alineado con las inquietudes de distribución y consumidores, que sin duda evolucionan hacia estos planteamientos de forma creciente.
¿Qué papel puede jugar la alimentación animal en la sostenibilidad de la ganadería de ovino? ¿Cómo debe plantearse la nutrición para ayudar a que una explotación sea sostenible?
La alimentación es fundamental en la sostenibilidad del ovino y del resto de especies rumiantes, pero no es el único. Juega un papel decisivo en las emisiones de nitrógeno y fósforo, así como en las de metano por fermentación entérica. A nuestro entender, lo primero que hay que hacer es definir valores de referencia en cuanto a las cuantías de estas emisiones en todas las especies, pero desde un punto de vista práctico y no exclusivamente experimental. Una vez definidas las referencias tendremos que establecer los objetivos de cada granja para poder plantear las estrategias de alimentación, sin menoscabo de las producciones y por supuesto de la salud animal. Los planteamientos son numerosos y variados: empleo de aminoácidos, lotificación de animales y dietas ajustadas, empleo de aditivos que aumenten la eficiencia nutricional etc. Nuestro sistema Novalac, que ya hemos comentado en esta misma publicación y ha sido presentada en SEOC y FORO, es una herramienta muy útil para conseguir estos objetivos.
¿Cómo considera que será el futuro de la alimentación animal? ¿Cuáles son las grandes tendencias del sector?
El futuro de la alimentación animal deberá ir parejo a los retos a los que nos enfrentamos: una demanda creciente de la proteína animal en el horizonte 2050. Las técnicas bioanalíticas, el desarrollo de algoritmos de predicción y modelización de la absorción y biodisponibilidad de nutrientes, la genómica y la epigenética son componentes esenciales de la llamada ‘nutrición de precisión’. Hemos superado ya las dietas orientadas a la producción, hemos pasado por las dietas ‘sanas’ y luego por las ‘funcionales’. En el momento presente estamos ya inmersos en la nutrición de precisión, que abarca muchos aspectos, no solo relacionados con la nutrición, sino con la estrategia de alimentación en granja y con todo lo aprendido anteriormente. Pero al hilo de la sostenibilidad, la FAO ya definió en 2016 un nuevo enfoque que son las dietas ‘sostenibles’ que, sin duda, nos acompañarán en el futuro. En el caso concreto del ovino, tendremos que ir dando pasos y superando las distintas etapas.