Diagnóstico laboratorial de procesos reproductivos en pequeños rumiantes
Cristina Baselga Julián
Servicio Técnico Veterinario de Exopol
19/11/2020Anamnesis
También debe registrarse el plan vacunal de la explotación para conocer los agentes frente a los que ya se toman medidas y para orientar el análisis laboratorial, ya que en un estudio serológico no podremos diferenciar entre anticuerpos vacunales y anticuerpos de una infección natural pues no existen vacunas marcadas en el mercado.
Y, por último, hay que tener en cuenta si las ovejas que han abortado presentan otros signos clínicos y las lesiones que aparecen en el feto y la placenta.
Etiología de los procesos reproductivos
Respecto a las causas infecciosas, los tres grandes grupos etiológicos son bacterias, parásitos y virus.
Bacterias
En el caso de las bacterias, las más importantes son las que dan lugar a la clamidiasis y la fiebre Q. Chlamydia abortus y Coxiella burnetii suelen tener una clínica muy similar, en lo que se refiere a la aparición de los brotes de abortos. Producen abortos al final de la gestación, aunque también producen mortinatos y nacidos débiles. Tras el aborto, la oveja queda inmunizada a clamidia. Por su parte, C. burnetii se puede excretar en los abortos y es altamente resistente en el ambiente, por lo que puede mantenerse durante un periodo largo de tiempo de manera infectante. En ambas enfermedades, no se observan lesiones macroscópicas en los fetos, mientras que sí se observa una placentitis necrótica.
Otra enfermedad bacteriana es la brucelosis. Aunque existe un programa de erradicación, todavía hay zonas que no son oficialmente indemnes. Brucella mellitensis y Brucella ovis causan abortos en la segunda mitad de gestación y mortinatos. Las ovejas no presentan sintomatología, mientras que los machos presentan problemas de infertilidad. Se pueden observar fetos frescos o edematosos y placentitis necrótica.
También están los abortos vibriónicos causados por las especies de Campylobacter, que en pequeños rumiantes pueden ser C. fetus, C. jejuni y C. coli. Causa abortos a final de la gestación y mortinatos. Las lesiones que se observan son placentitis necrótica y hepatitis necrótica fetal. Esta última lesión es muy característica del aborto por Campylobacter, pero no siempre aparece.
La salmonelosis es causada generalmente por Salmonella enterica abortusovis, pero también hay otros serovares de Salmonella enterica que pueden influir. Son abortos que se observan generalmente en el último mes de gestación, además de mortinatos y nacidos débiles. Las ovejas presentan sintomatología, como la fiebre, retenciones placentarias o metritis. Las lesiones que se observan son placentitis necrótico-purulenta y lesiones necróticas en tejidos fetales.
Otras bacterias menos frecuentes que causan abortos son Listeria spp., Leptospira spp. y Mycoplasma agalactiae.
Virus
Otros virus que son menos frecuentes son el virus Schmallenberg y el virus de la lengua azul.
Parásitos
La toxoplasmosis está causada por Toxoplasma gondii. Este parásito causa infertilidad y abortos en cualquier fase de la gestación. Además, puede haber transmisión vertical y aparecer animales positivos al nacimiento. Las lesiones son fetos momificados, mortinatos y nacidos débiles.
Otro parásito menos frecuente es Neospora caninum.
Toma de muestras
Si se tienen animales abortados y no hay opción de coger placenta y feto, se pueden tomar hisopos vaginales. Estos hisopos deben ser tomados de animales que hayan abortado 72 horas antes de la toma de muestras, ya que a medida que avanza el tiempo desde el aborto, hay menos probabilidad de que el agente esté presente en el canal vaginal.
Los sueros también son una buena opción para detectar anticuerpos ante determinados agentes y para monitorizar la enfermedad en una explotación.
Técnicas diagnósticas
Las técnicas indirectas son las serológicas de detección de anticuerpos.
Cultivo microbiológico
Permite obtener la cepa del agente infeccioso mediante su crecimiento en medios específicos, de este modo se puede realizar un estudio de sensibilidad antibiótica, una tipificación de las cepas aisladas y en caso necesario elaborar una autovacuna.
Las limitaciones de esta técnica son que sólo se puede realizar con agentes cultivables, ya que en medios de cultivo de uso rutinario, hay algunas bacterias que no se pueden aislar. Esta técnica es menos sensible, porque las bacterias deben ser viables para su aislamiento. Por lo tanto, si las bacterias no están vivas, no pueden crecer. También existen dificultades para el aislamiento en muestras muy contaminadas, por ejemplo en el caso de las placentas si se han caído al suelo.
Como ejemplo de esta técnica, se describe el siguiente caso clínico: explotación de ovino en extensivo con aparición de abortos en ovejas de distinto número de parto. Esta granja tiene un plan vacunal de la reposición en el que se incluye la vacuna viva de clamidia y toxoplasma. Se envía al laboratorio una placenta con lesiones necrótico-purulentas. Se realiza un panel reproductivo completo y mediante PCR se detecta Salmonella enterica. En cultivo microbiológico se puede aislar Salmonella spp. Posteriormente se realiza un antibiograma, con el que el veterinario de la explotación puede valorar el antibiótico que puede funcionar mejor frente al agente patógeno.
PCR
La PCR es una técnica molecular, con las ventajas de que es muy sensible y específica, en el caso de la PCR a tiempo real permite cuantificar, es decir valorar la cantidad de agente patógeno y estimar su importancia, ya que es una técnica cuantitativa, y ofrece resultados en pocas horas. Los ciclos de amplificación de PCR amplifican el ácido nucleico y se liberan moléculas de fluorescencia, que son las que se detectan y permiten dar un valor, partiendo del ciclo en el comienza esa detección. Si se necesitan menos ciclos para detectar un agente, la concentración es más elevada. El punto de corte puede variar, pero se suele considerar de 38 ciclos de amplificación. A partir de ese número de ciclos el resultado es negativo, ya que pueden ser reacciones inespecíficas.
Como ejemplo, está el caso clínico de una explotación en la que aparecen abortos al final de la gestación. Se recibe en el laboratorio una placenta con congestión generalizada y dos fetos sin lesiones aparentes. Se realiza un diagnóstico mediante qPCR, con un panel diferencial completo en el pool de las muestras y se buscan los agentes que con mayor frecuencia pueden causar estos problemas. En este caso, se detectó Coxiella burnetii en una Cq de 19,75, que es una concentración bastante alta, por lo que se podría considerar como agente causal. También se detecta Chlamydia abortus en una concentración de 37,3, por lo que se considera una participación secundaria, ya que está muy cerca del punto de corte negativo. La detección de este agente en una concentración tan baja puede deberse a una vacunación con cepa viva atenuada de clamidia, que se puede detectar por PCR. En la actualidad hay herramientas que sirven para diferenciar las cepas vacunales de las cepas de campo, algo que sería muy útil en este caso clínico. Si se confirma que es la cepa vacunal apatógena, no estará implicada en el aborto, pero si detectara una cepa de campo, habría que tomar medidas para evitar problemas de abortos por clamidias a corto o medio plazo.
Serología
Con esta técnica se buscan anticuerpos frente a un agente en concreto. La interpretación de los resultados puede ser un poco compleja, debido a que la detección de anticuerpos en el suero puede deberse a que el animal ha tenido infecciones previas de ese agente que no estén relacionadas con el proceso actual. Habría que valorar la seroconversión a los 21 días, aunque es más complicado con las herramientas actuales de técnica ELISA. También complica la interpretación que el animal haya sido vacunado previamente frente al agente, pues esos anticuerpos detectados pueden ser vacunales, ya que en la actualidad no hay en el mercado disponibilidad de vacunas marcadas para pequeños rumiantes.
Esta técnica se aplicó en un caso clínico de una explotación con un lote de 800 ovejas gestantes, en el que aparece un brote de abortos a final de gestación, alcanzando el 5% de ese lote. Los animales no tenían ninguna vacunación frente a agentes abortivos y en el laboratorio se reciben sueros de 12 animales abortados. En esos sueros no se detectan anticuerpos frente a Border y Brucella. Sí que se obtienen algunos animales positivos a Chlamydia y Coxiella, por lo que se confirma su presencia en la explotación, pero es poco probable que sean los agentes causales del brote de abortos. Sin embargo, frente a toxoplasmosis todos los sueros son positivos, y en algunos casos con una positividad muy alta, lo que indica que puede ser el causante del brote de abortos, aunque desde el laboratorio se recomendaría la recogida de nuevas muestras en caso de otro aborto para confirmar la presencia del agente en este brote y revisar la pauta vacunal o las medidas preventivas.
Resultados
Respecto a los resultados obtenidos mediante PCR en los últimos cinco años, en el 70% de analíticas de brotes de abortos se detecta, al menos, un agente patógeno en diferentes concentraciones.
De los agentes más prevalentes, se han detectado Coxiella burnetii, en un 44% de los casos, y Chlamydia abortus en un 39%.
Por lo que respecta al número de agentes detectados en los casos positivos, en el 65% de los casos se ha encontrado un único agente, lo que indica que seguramente sea el agente causal del brote de abortos en la explotación. En el 35% restante, se han detectado entre dos y tres agentes. Dentro de los casos que se han detectado dos agentes, en el 52% se detecta uno de ellos en una concentración bastante más alta, por lo que podría sugerirse que es el agente que provoca el aborto. En los casos con tres agentes, en la mayoría se puede determinar que hay un agente principal, debido a una concentración bastante más alta, mientras que el resto están de forma secundaria.