Efecto de las micotoxinas sobre la calidad seminal en carneros
Giovanna González López
Técnica veterinaria de Alltech
04/11/2020Espermatogénesis
A nivel histológico, los espermatozoides se forman a partir de unas células que parten de la membrana basal de unos pequeños tubos llamados “túbulos seminíferos”. Maduran hacia el interior del túbulo seminífero, donde van evolucionando, formándose los flagelos. Son desprendidos a la luz del túbulo y siguen el circuito hacia el epidídimo. A nivel testicular, las micotoxinas afectan a la línea basal, donde provocan un daño tisular que afecta a las células y, por lo tanto, afecta a la calidad seminal.
Material y métodos
Los 32 carneros se distribuyeron en cuatro grupos. A un grupo se le alimentó con un pienso comercial para ejercer de grupo control. A otro grupo se le alimentó con un pienso al que se contaminó experimentalmente con aflatoxinas. El tercer grupo se alimentó con ese pienso contaminado por aflatoxinas, al que se añadieron dos gramos del secuestrante de micotoxinas Mycosorb. Al cuarto grupo se le alimentó con el pienso comercial limpio y los dos gramos de Mycosorb. Este último grupo es para demostrar que la adición de un secuestrante de micotoxinas al pienso no tiene ningún efecto negativo sobre la calidad seminal.
A lo largo de las 12 semanas del estudio, se realizaron dos electroeyaculaciones por semana a cada uno de los machos. A continuación, se realizaron una serie de análisis a los eyaculados. Se midió la viabilidad espermática, analizando la motilidad de los espermatozoides, la morfología o las formas anormales y los acrosomas dañados, que provocan que el espermatozoide no sea fecundante. Al finalizar el trabajo, los machos fueron sacrificados y se les pesaron los testículos. Además, se hicieron cortes histológicos sobre todos los testículos para analizar el diámetro del túbulo seminífero y evaluar el estrés oxidativo que había en el esperma y dentro del testículo.
Resultados
En el grupo control con pienso limpio y en el grupo en el que se había añadido un secuestrante de micotoxinas, los parámetros de motilidad entraban dentro de la normalidad, continuando en torno al 80-85%.
Por lo que respecta a las formas anormales, también a partir de la segunda o tercera semana de alimentación con el pienso contaminado, se observa que aumenta el porcentaje de formas anormales, llegando incluso al 30% al final de las doce semanas. Mientras tanto, en el grupo control se mantiene normal, al igual que ocurre en el grupo al que se había administrado el secuestrante de micotoxinas.
De nuevo, en los acrosomas dañados también se observan cambios a partir de la segunda o tercera semana. Hay cierto aumento, aunque el daño celular del acrosoma se intensifica a partir de la décima semana. En el grupo control se mantiene dentro de los parámetros normales, como también ocurre en el grupo que se añadió el secuestrante de micotoxinas.
Respecto a los resultados que se obtienen cuando se sacrifican los animales y se pesan los testículos, se observa una disminución del peso en los animales que habían comido un pienso contaminado con micotoxinas, frente al grupo control y al grupo en el que se había añadido el Mycosorb. Esta disminución de tamaño de los testículos se debe a que las micotoxinas tienen un efecto tóxico no sólo sobre las células encargadas de fabricar los espermatozoides, sino también sobre las células que producen la testosterona. Por lo tanto, esta bajada en el nivel de testosterona hace que los testículos sean de menor tamaño.
En cuanto a la histología y los análisis que se realizaron en plasma seminal para ver cómo afectaban las micotoxinas al metabolismo oxidativo de las células, se observó que en el grupo control el diámetro de los túbulos seminíferos era normal y había bajos niveles en los marcadores de estrés oxidativo de las células. Por su parte, los carneros que se alimentaron con pienso intoxicado tenían el túbulo seminífero con menor diámetro, la línea basal era discontinua y las células formadoras de espermatozoides estaban en mal estado. Habían aumentado los radicales libres con un estrés oxidativo que provocaba un daño celular irreparable con espermatozoides defectuosos. En el grupo con el pienso contaminado al que se añadió el secuestrante de micotoxinas, el estado de los túbulos seminíferos era normal y tenía niveles moderados en los marcadores de estrés oxidativo. Eran niveles más altos que el grupo control, pero mucho más bajos que cuando se había alimentado sin ninguna protección de un secuestrante de micotoxinas.
Por lo tanto, la micotoxicosis aumenta el estrés oxidativo celular por los radicales libres a los que están sometidos las células.
Conclusiones
- La contaminación de alimentos con aflatoxinas afecta negativamente a la espermatogénesis, a la viabilidad de los espermatozoides y a su capacidad fecundante.
- El secuestrante de micotoxinas orgánico Mycosorb se presenta como una solución eficaz que amortigua los efectos negativos que la aflatoxina puede tener sobre la fertilidad.
Recomendaciones para el uso preventivo de Mycosorb
- A nivel de granja, las fertilidades se pueden ver afectadas vía macho por un problema de intoxicación de micotoxinas.
- A nivel de centro de machos, en época reproductiva o de aumento de inseminaciones, se busca la eficiencia en la producción de pajuelas. Dosis que no cumplan los mínimos no salen al mercado y un buen método para prevenir un problema que pueda venir derivado de la alimentación y las micotoxinas es utilizar de forma continua un secuestrante de micotoxinas.
- A la hora de hacer espermiogramas en granja de los machos, es recomendable que tres meses antes de hacer la valoración se haga un tratamiento preventivo para que una posible intoxicación por micotoxinas no dé resultados erróneos, y llegar incluso a eliminar machos cuyo déficit de calidad seminal no es por un defecto del macho en sí mismo, sino por una intoxicación de fondo.